Conversatorios sobre Ciencia Abierta: reflexiones colectivas en comunidad

En respuesta al interés de nuestra comunidad de profundizar las discusiones comenzadas en los encuentros del Grupo de Estudio sobre los contenidos de NASA TOPS Open Science 101, en marzo de 2024 preparamos un ciclo de conversatorios en el que reflexionamos sobre distintos temas vinculados a la Ciencia Abierta para intentar comprender colectivamente cómo la aprendemos, cómo la aplicamos y qué implicaciones tiene para nuestra región. También para reconocer aquellas dimensiones de la Ciencia Abierta que incomodan desde la perspectiva latinoamericana y reflexionar sobre ellas. En suma, buscamos reconocer sus ventajas y su potencia a través de debatir sobre su alcance y posibilidades.

Ciencia Abierta en América Latina y desafíos

En América Latina alrededor de dos tercios de la producción científica es financiada por fondos públicos y, por ello, en varios países como Argentina, México o Perú, sus resultados se abren como respuesta a normativas o lineamientos de acceso abierto de publicaciones y datos que buscan asegurar el acceso al conocimiento científico considerado como bien público. Sin embargo, esto no significa que la Ciencia Abierta de la región se despliegue de una forma estratégica que nos permita pensarla en función de un mundo que ordena el desarrollo científico de forma desigual según sea la región donde éste se genera.

Por el contrario, en América Latina la apertura muchas veces es guiada por las comunidades, orientadas por necesidades de los equipos, traccionada por personas clave que apoyan la Ciencia Abierta, o entendida como procesos inevitables ante un requerimiento del financiador. Es por eso que las prácticas de Ciencia Abierta (por ejemplo, publicar en abierto distintos resultados o generar comunidades colaborativas para la construcción del conocimiento) usualmente se presentan de forma fragmentada o por fuera de una estrategia colectiva.

Durante el conversatorio tuvimos la oportunidad de reflexionar en comunidad que nos sugiere el “ethos” de la Ciencia Abierta pensada desde América Latina. Surgieron como características identitarias:

  • El sentido comunitario,
  • El mandato de involucrar a la sociedad en los procesos,
  • La búsqueda de lazos horizontales a través del trabajo en redes y
  • Una perspectiva no mercantilista.

Esta mirada se da, además, en el marco de una muy buena formación de quienes hacen investigación en América Latina que aportan a distintos campos científicos.

Estas mismas definiciones nos llevaron a ordenar una serie de desafíos que surgen de la aplicación de los principios de la Ciencia Abierta en América Latina, entre los que destacamos el problema de los costos de los cargos de procesamiento de artículos (APC, por sus siglas en inglés) para la publicación en abierto en las revistas más reconocidas; y el extractivismo de datos científicos ejecutado desde los centros de poder, que poseen mayor capacidad de procesar y, por ende, de interpretar los datos a la luz de sus propios marcos conceptuales de sentido.

Respecto al primer desafío, no hay que olvidar que América Latina es pionera en generar comunidades, marcos normativos y experiencias de Acceso Abierto a la producción científica sin fines de lucro. El movimiento se fue consolidando desde los años 80 sostenido por el corpus regional de revistas en español y portugués, con el objetivo de mejorar el acceso y visibilidad de la producción científica regional a través de una estrategia de difusión que traspasara los muros de pago por leer de parte del investigador o de sus instituciones.

A diferencia del sistema tradicional de pago por leer, el acceso abierto puede darse a través de diferentes vías que impactan de forma diferente:

  • la vía verde que implica la disponibilidad de los archivos digitales (incluso previos a la versión definitiva) a través de un repositorio institucional, por ejemplo;
  • la vía dorada, en la cual las editoriales publican en revistas de acceso abierto las versiones finales, con cargos para quien publica o para sus instituciones (APC);
  • la vía híbrida, en las cual se publican en abierto con pago de APC en revistas que también gestionan el sistema tradicional (en un claro ejemplo de adecuación de modelo de negocio);
  • la vía diamante, promovida en América Latina, que responde a un modelo editorial académico y sin fines de lucro (no cobran a autores ni a lectores);
  • la vía negra, el acceso por medio de plataformas no comerciales reñidas con lo legal, como la más conocida Sci-Hub, que suelen ser percibidas por quienes hacen investigación de todas las regiones (ricas y pobres) como una opción moralmente aceptable.

Como conversamos durante los encuentros, la mercantilización de los modelos editoriales hacia un acceso abierto pago (la vía dorada con APC, que llegan a los 5000 dólares estadounidenses en algunos casos) impacta especialmente en el sur global, aumentando aún más la brecha sobre la distribución del reconocimiento y conocimiento en la ciencia mundial. Ante este escenario, existen reacciones de consorcios de investigación que buscan evitar la publicación en estas editoriales y promover la de revistas por otras vías (diamante) aunque no sean las más prestigiosas en el campo.

Sobre este tema, en el conversatorio nos preguntamos: ¿cuánto pueden pagar por APC los equipos de investigación latinoamericanos sin atentar contra los recursos de la propia investigación? Y también, ¿cuánto pueden sumarse a ese boicot las personas que investigamos en la región, cuando publicar en revistas poco conocidas puede impactar negativamente en nuestras carreras por las formas de evaluación que existen para la promoción? El dilema de los incentivos y la evaluación aparece entonces y en muchos casos se sostiene en la confusión entre prestigio y calidad de las revistas científicas.

Por otro lado, el desafío de la apertura de los datos de investigación desde América Latina retomó la idea del extractivismo como grave problema. En este sentido, durante el conversatorio se identificó la producción y reuso de datos como un proceso que no es sólo parte de las dinámicas de investigación, sino también de las políticas públicas sobre la ciencia y la tecnología. Esto nos llevó a reflexionar sobre el rol de América Latina en la división global del trabajo científico que reproduce prácticas colonialistas según las cuales unos recabamos datos desde el sur global, pero su valor es capturado en un norte central que cuenta con más financiamiento y recursos para su procesamiento e interpretación.

De igual forma, surgieron en el debate en comunidad cuestiones tales como la revisión sobre las prácticas de planificación de la gestión de datos de parte de quienes investigamos, o las diferencias disciplinares que impactan en el tipo de datos y en las distintas demandas de su tratamiento a causa de su heterogeneidad que, a su vez, destaca el proceso de la curaduría de datos como esencial y casi siempre costoso. También se conversó sobre el potencial valor de los datos en función de su incorporación al mundo productivo o comercial, como una de las cuestiones a considerar al momento de la decisión sobre la apertura y sus límites.

Asimismo, surgió como tópico la complejidad y tiempo que demanda el cambio cultural en las comunidades dedicadas a la investigación para incorporar las prácticas de Ciencia Abierta. Para una mejor recepción la propuesta debe estar sostenida por incentivos que traccionen la elección por la apertura, ya que ésta muchas veces demanda más tiempo y esfuerzo, además de recursos específicos.

En el encuentro dedicado al tema, surgieron preguntas como ¿quién finalmente captura el valor de los datos que tan costosamente fueron recabados, ordenados y curados por un equipo latinoamericano de investigación? Y también, ¿qué datos compartir y bajo qué condiciones? Vale la pena pensar mecanismos virtuosos de apertura que promuevan el desarrollo regional y se propongan achicar las brechas existentes, abriendo condiciones más ventajosas para la investigación latinoamericana.

Una estrategia de apertura racional

El último encuentro del ciclo estuvo dedicado a discutir sobre la Ciencia Abierta como ámbito de disputa de la justicia epistémica, término acuñado por Miranda Fricker, filósofa inglesa, en su libro “Injusticia epistémica. El poder y la ética del conocimiento” (2007), traducido al español en 2017.

De forma simplificada, este concepto nos invita a pensar sobre el reconocimiento del otro respecto del conocimiento que tenemos y de la capacidad de “decir” (justicia epistémica testimonial), y sobre la distribución justa del mismo, la capacidad de ser sujeto del conocimiento (justicia epistémica hermenéutica).

La ausencia de la justicia epistémica testimonial, puede darse ante la sobrevaloración de la palabra de quienes son más poderosos, o por el déficit del valor de la palabra -y de escucha- de grupos más vulnerados o estigmatizados. Tanto sea por exceso o por déficit, la injusticia epistémica testimonial siempre aporta a la desigualdad.

Por su parte, la injusticia epistémica hermenéutica puede ser incluso más dañina que la primera porque supone una dimensión estructural por la cual existe una dificultad o carencia para entender la experiencia propia y, en consecuencia, se desconoce la injusticia vivida.

¿Cómo podemos usar la Ciencia Abierta para abrir de una forma estratégica de forma que la justicia epistémica sea posible, sin perder de vista la identidad latinoamericana y, a la vez, la potencia de la Ciencia Abierta global? ¿Cómo situarnos -regionalmente- sin excluirnos? ¿Podemos desde las prácticas de Ciencia Abierta promover la justicia epistémica?

Pensar estrategias que nos permitan valorizar nuestra voz (y obtener reconocimiento de nuestras experiencias y saberes), y evitar reproducir las brechas conformando marcos de sentido compartidos para nuestras propias prácticas pueden ser formas de construir una Ciencia Abierta latinoamericana que defienda su “autoridad discursiva” y plantee su “capacidad como sujeto de conocimiento”, desde América Latina, para el mundo, sobre el mundo y en favor de América Latina.

Agradecimientos

Esta publicación fue posible gracias a un subsidio de Chan Zuckerberg Initiative (DOI: 10.5281/zenodo.7386372), los subsidios de la NASA 80NSSC23K0854 (DOI: 10.5281/zenodo.8215455), 80NSSC23K0857 (DOI: 10.5281/zenodo.8250978) y 80NSSC23K0861 (DOI: 10.5281/zenodo.8212072) y el grant DAF2021-239366 y DOI de subsidio https://doi.org/10.37921/522107izqogv de la Chan Zuckerberg Initiative DAF, un fondo aconsejado por la Silicon Valley Community Foundation (DOI de financiador 10.13039/100014989).


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Esta es la cita que te recomendamos usar para referenciarla: Xhardez, V., Ación, L., Miguez, P., & Ascenzi, L. (2024). Conversatorios sobre Ciencia Abierta: reflexiones colectivas en comunidad. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.11506132

Verónica Xhardez
Verónica Xhardez
Colaboradora Externa | Proyecto Polen
Laura Ación
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